Por Juan Nieto
Una parte importante de la rutina diaria de un estudio de Movimiento como NEPO, orientado a promover la salud, bienestar y la calidad de vida, es informar y orientar a personas que el médico ha derivado a nuestro estudio para ayudarles en su proceso de rehabilitación.
En más ocasiones de las que nos gustaría, nos encontramos que la prescripción por parte de los médicos que recomiendan la práctica de Pilates, está basada en un conocimiento muy superficial de lo que sucede en una sesión de Pilates, movimiento o ejercicio terapéutico.
Podríamos estar contentos de que tantos médicos nos recomienden a sus pacientes, pero la realidad es que la prescripción de Pilates viene cargada de creencias limitantes y en ocasiones nocébicas*. En estos casos, nuestra primera misión es educar al paciente y alinear sus expectativas acerca de los beneficios reales de practicar movimiento, especialmente si la práctica es aplicada de forma adecuada y razonada por profesionales formados y con experiencia.
Sabemos que el ejercicio es una de las herramientas más potentes (si no la que más) para mejorar la calidad de vida y la función de las personas. Si indagamos en los artículos científicos publicados en los últimos años sobre la efectividad de técnicas de ejercicio específicas para reducir niveles de dolor y discapacidad, a la única conclusión que podemos llegar es que no existe ningún método, terapia o técnica que se haya mostrado significativamente superior a otras en cuanto a efectividad. Es decir, prácticamente cualquier actividad física, correctamente aplicada, tiene el potencial de reducir dolor y mejorar parámetros funcionales.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada paciente es único y que puede responder mejor a un tipo de tratamiento en particular. Por lo tanto, el reto de los fisioterapeutas que trabajamos aplicando movimiento y que nos enfrentamos diariamente con cuadros de dolor músculo-esquelético está en determinar cuál es el mejor tratamiento para cada situación específica teniendo en cuenta al individuo y su contexto.
Así que la selección de la actividad física más adecuada para personas que sufren dolor tiene más que ver con sus preferencias personales (siempre y cuando esta actividad no genere síntomas no deseados).
Dicho esto, en investigaciones recientes, parece que Pilates aglutina ciertas carácterísticas que lo hacen destacar positivamente respecto a otras técnicas o terapias.
En esta revisión sistemática en red los autores encuentran suficiente evidencia para afirmar que hacer ejercicio es efectivo para tratar el dolor lumbar crónico. Descubrieron que, prácticamente, cualquier ejercicio es más efectivo que no hacer nada. También destacan que la «dosis», entendiendo como dosis la frecuencia y el volumen, es uno de los factores más importantes ya que mayor exposición al ejercicio produce mejores resultados.
Por tanto, los autores recomiendan que los pacientes practiquen el tipo de ejercicio que prefieran y que puedan hacer regularmente.
Adicionalmente, en este mismo estudio, encontraron evidencia de que Pilates está entre los ejercicios más efectivos para reducir la intensidad del dolor y las limitaciones funcionales.
En esta otra revisión sistemática en red, llegaron prácticamente a la misma conclusión que la anterior mencionada. De nuevo Pilates destaca como el ejercicio más eficaz. En este artículo además aparece el entrenamiento de fuerza como método eficaz para reducir el dolor.
En una tercera revisión del mismo tipo, los resultados son muy similares a las dos anteriores destacando Pilates, ejercicio de fuerza y ejercicio tipo cuerpo-mente (yoga o similar) como los más eficaces en el manejo de pacientes con dolor crónico.
Estos estudios demuestran que Pilates tiene ciertos aspectos muy positivos para afrontar situaciones de dolor crónico y que lo hace destacar sobre otros métodos, y sabemos que es fundamental que el trabajo sea aplicado de forma razonada por profesionales expertos. Cuando se conjugan ambas condiciones, Pilates puede ser de gran ayuda para personas que padecen dolor crónico.
En resumen, Pilates puede ser una herramienta muy valiosa para tratar el dolor persistente, ya que su enfoque basado en una práctica consciente puede ayudar a modular el dolor, estimular la variablidad de movimiento y modificar creencias y comportamientos negativos.
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*Efecto Nocebo: el efecto nocebo ocurre cuando nuestras creencias y expectativas negativas hacen que experimentemos síntomas o efectos adversos al exponernos a tratamientos, alimentos, sustancias o ejercicios que no causan ningún perjuicio real a la inmensa mayoría de personas.