La importancia de la salud de nuestros huesos a veces pasa desapercibida: hasta hace poco, se entendía por hueso esa estructura que sirve de protección y sostén a nuestro cuerpo y que actúa como palanca en el movimiento.
La realidad es que los huesos son un tejido vivo sobre un órgano endocrino (que integra la función de diversos órganos y tejidos, coordina el metabolismo y libera hormonas). Esto significa que está más integrado con el resto de nuestro cuerpo de lo que podríamos pensar a primera vista.
De hecho, la masa ósea se renueva: cada año, el 10% de las células viven un proceso de creación y destrucción, lo que significa, afortunadamente, que tenemos la posibilidad de actuar sobre ello en caso de que aparezca un problema.
Los problemas en nuestros huesos afectan a muchos más aspectos fisiológicos que los meramente funcionales, como, por ejemplo, la regulación de la glucosa (el «azúcar», o un tipo de azúcar, que es la principal fuente de energía del cuerpo). También es importante recordar, en caso de que no lo tengas claro, que la salud de nuestro esqueleto afecta directamente a nuestro cerebro. Una mala salud ósea puede afectar a tu memoria e incluso a tu estado de ánimo.
Pero el problema más común que afecta al sistema esquelético tiene un nombre muy concreto: Osteoporosis.
La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de la densidad de la masa ósea. A menor masa ósea, mayor posibilidad de fractura, sumado a los problemas que previamente hemos mencionado.
La incidencia de la osteoporosis ha ido creciendo de forma continua durante las últimas décadas, sobre todo en la población mayor: 1 de cada 3 mujeres y uno de cada 5 hombres mayores de 50 años experimentarán fracturas relacionadas con la osteoporosis a lo largo de su vida.
El mayor problema alrededor de esta condición es que la osteoporosis es denominada como la enfermedad «silenciosa». Sin un diagnóstico preventivo, es prácticamente imposible de detectar y suele dar la cara en el momento de sufrir una fractura. Puedes vivir toda tu vida adulta pensando que tienes unos huesos sanos y luego llevarte una sorpresa.
Te preguntarás qué puedes hacer al respecto. Como en muchos casos relacionados con la salud de nuestro cuerpo, tenemos dos opciones: prevenir o curar.
Por suerte, la solución es sencilla, y puede que ya la hayas deducido: hacer ejercicio. Pero, ¿qué tipo de ejercicio?
Es muy lógico relacionar el sedentarismo con este problema. Mantener una vida sentados en la silla es la mejor forma de atrofiar a nuestros huesos. Pero la realidad es que movernos de forma suave no es suficiente: ni caminar ni hacer ejercicio cardiovascular puede garantizarnos una apropiada prevención de la osteoporosis.
Es el trabajo de fuerza el que tiene un impacto significativo en la prevención de la osteoporosis en personas mayores. Y en personas que ya la sufren, puede ser la clave para mejorar su calidad de vida, reducir el riesgo de caídas y mantener o aumentar la densidad de la masa ósea.
La regla, repetimos, es sencilla de entender: a mayor masa ósea, menor riesgo de lesiones y fracturas.
Nunca es tarde para empezar, pero es muy importante que reconozcas desde qué punto partes. Si eres una persona sedentaria o de edad avanzada, es necesario empezar poco a poco, con ejercicio de impacto leve y trabajando con el propio peso de tu cuerpo.
Más adelante y según tus circunstancias, podrás trabajar la fuerza soportando cierto impacto en tus huesos de forma progresiva. Podrías empezar con pequeños saltos. Saltar y el entrenamiento con peso es, según la evidencia disponible, una de las formas más eficaces para mejorar la salud ósea. Hay actividades que por su falta de impacto, podrían incluso tener un efecto negativo en la densidad ósea, y así se ha observado en estudios alrededor de deportes como la natación y el ciclismo.
Te animamos a que trabajes por prevenir en lugar de tener que sufrir las consecuencias de una vida sin movimiento. En NEPO hemos diseñado un programa de fuerza que incluye clases muy beneficiosas para combatir la osteoporosis, sumado a otras actividades que mejorarán tu calidad de vida. Ahora y en el futuro.